En esta región, el día de muertos se conoce como Xantolo, que en náhuatl significa fiesta de todos los Santos y, al igual que en otros lugares, celebra la reunión sagrada entre vivos y muertos. Xantolo en las tradiciones indígenas habla sobre el sentido de unión, la participación y la hospitalidad que se traduce en una danza muy característica con el Diablo, La Santa Muerte y los que ya no están en este mundo como protagonistas.
Esta danza comienza con El Diablo agitando y haciendo sonar su látigo para abrir el portal entre el mundo de los vivos y los muertos; este movimiento también representa el regreso en el tiempo, donde los huehues (muertos), los viejos, los ancestros, renacen y toman el cuerpo de los mortales para bailar una vez más.
En este baile los danzantes, quienes participan voluntariamente, utilizan una máscara de madera que personifica al Diablo, a la Santa Muerte o bien a una persona común; durante el ritual se toca música tradicional y se baila durante varias horas, escenificando como el Diablo quiere llevarse las almas de los muertos, sin embargo La Santa Muerte está ahí para protegerlos.
Una vez terminada la danza, existe un acontecimiento llamado “El Destape”, donde los danzantes acuden con el Patriarca de la Danza, a quien entregan la máscara que utilizaron y quien realiza una limpia para “quitar el muerto” del cuerpo. Asimismo existe la creencia de que si decides ser un danzante, lo tienes que hacer por 7 años consecutivos, de lo contrario te caerá una maldición donde los espíritus te perseguirán hasta hacerles perder el sentido común y dando paso a la locura.
Puedes vivir esta experiencia en los diferentes pueblos y municipios Potosinos, tales como Aquismón, Axtla de Terrazas, Ciudad Valles, Huehuetlán, San Martín Chalchicuautla, San Vicente Tancuayalab, Tancanhuitz, Tanlajás, Tanquián, Tamazunchale, Tampacán, Tampamolón, Tamuín, y Xilitla.
En el caso de Hidalgo puedes experimentarlo en Macustepetla, Huautla, Coatlila, Huazalingo, Huejutla y Atlapexco. Adicional a esta tradición también podrás encontrar exposiciones, ofrendas, mercados de artesanías y muestras gastronómicas.
Para comer te recomendamos el Zacahuil, un tamal, al horno, que mide entre uno y dos metros, relleno es a base de carne de cerdo y pollo mezclado con chile y otras especias. Si tienes ganas de un caldo, el Xochitl es la opción; los Bocoles, parecidos a las gorditas, es masa de harina de maíz, rellenas de diferentes guisados o bien las famosas enchiladas huastecas, rellenas de huevo revuelto, con una salsa de jitomate y queso rallado, acompañadas de cecina y frijoles.